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Origen y Significado de Chugay
El nombre de Chugay proviene de la voz aymara “Chuwa”, que significa “piedra cóncava” o “plato de barro”. Este término refleja la geografía única del lugar, ubicado en una zona cóncava rodeada de cerros en el distrito de Sarín, provincia de Sánchez Carrión, en el departamento de La Libertad, Perú. Situado a una altitud aproximada de 3,200 metros sobre el nivel del mar, Chugay es un testimonio vivo de la riqueza cultural e histórica de la región andina, con raíces que se remontan a tiempos preincaicos y un desarrollo que combina tradiciones indígenas con influencias coloniales.
Raíces Preincaicas y el Reino de los Huamachucos
Chugay guarda una conexión profunda con el antiguo reino de los Huamachucos, una cultura preincaica que floreció en la región de La Libertad entre los siglos IV y XI d.C. Según tradiciones orales y estudios arqueológicos, las tribus que habitaron Chugay compartían características culturales con los Huamachucos, evidentes en sus técnicas de construcción y prácticas funerarias. Sitios arqueológicos como Ushno y Chunsho muestran estructuras de piedra y tumbas en forma de horno, típicas de esta cultura, que también se observan en el monumental complejo de Marcahuamachuco, un centro político y religioso de los Huamachucos. Estas evidencias sugieren que Chugay fue parte de un entramado cultural que dominó la sierra liberteña mucho antes de la llegada de los incas.
Pinturas Rupestres de Chinacpampa
Uno de los tesoros arqueológicos de Chugay son las pinturas rupestres de Chinacpampa, que datan de épocas preincaicas. Estas manifestaciones artísticas, grabadas en cuevas y paredes rocosas, representan figuras humanas, animales y símbolos rituales, ofreciendo una ventana al mundo espiritual y cotidiano de los antiguos pobladores. Estas pinturas no solo son un atractivo turístico, sino también un testimonio del legado cultural de la región, que conecta a Chugay con las tradiciones de los Huamachucos y otras culturas andinas.
La Época Colonial y el Sistema de Hacienda
La historia colonial de Chugay está marcada por su integración en la Hacienda de Huamachuco, establecida en 1750 bajo la administración del conquistador español Don Juan de Sandoval y su esposa, Florencia de Mora de Sandoval. Esta hacienda abarcaba vastas tierras en la región, incluyendo lo que hoy son las comunidades de Santa Rosa, Yanazara, Cochabamba y Succha. Los Padres Agustinos, quienes asumieron el control posteriormente, no solo administraron estas tierras, sino que también desempeñaron un papel clave en la catequización de la población indígena, introduciendo el catolicismo y transformando las prácticas culturales locales.
En 1830, Gaspar Calderón tomó el control de estas tierras, marcando el inicio del sistema de hacienda tradicional, caracterizado por la explotación agrícola y ganadera. Hacia 1860, un minero inglés de apellido Martín arrendó las propiedades de los Agustinos, adquiriéndolas posteriormente. Tras su fallecimiento, las tierras pasaron a sus hijos, Francisco y Ricardo Pinillos Martín, y finalmente a los hijos de Francisco, Rosa y Francisco Pinillos Montoya, quienes heredaron la hacienda de Santa Rosa, que incluía Chugay. Este sistema de hacienda moldeó la economía y la vida social de la región, centrada en la agricultura y el pastoreo.
El Nacimiento de Chugay como Pueblo
Chugay, como pueblo, es relativamente reciente, comenzando a poblarse entre 1900 y 1920. En sus inicios, el área estaba compuesta por apenas siete casas dispersas, habitadas por familias pioneras con apellidos como Juárez, Espinosa, Campos y Robles, quienes emigraron desde otras regiones. Posteriormente, llegaron familias de las provincias de Santiago de Chuco y Cajabamba, con apellidos como Marquina, Luján, Paredes, Castillo, Vásquez y Sandoval. Estas familias transformaron Chugay de un lugar de pastoreo en un caserío próspero, gracias al descubrimiento de que las tierras eran aptas para el cultivo.
Originalmente, Chugay fue un lugar de pastoreo para el ganado de la hacienda, con chozas construidas por los pastores para resguardarse durante sus labores. Con el tiempo, estas chozas temporales dieron paso a asentamientos permanentes, y los pobladores comenzaron a arrendar las tierras para cultivar productos como papas, maíz y trigo. Este proceso de asentamiento culminó con la integración de Chugay como caserío del distrito de Sarín, creado el 3 de noviembre de 1990. El nombre “Tierra Colorada” surgió por el característico tono rojizo de sus suelos, un rasgo distintivo que aún define la identidad del lugar.
Transición de Caserío a Comunidad
- Pastoreo Inicial: Chugay comenzó como un punto de pastoreo para el ganado, con chozas temporales construidas por los pastores.
- Asentamiento Permanente: La fertilidad de las tierras atrajo a familias que se establecieron permanentemente, transformando el área en un caserío agrícola.
- Influencia Migratoria: La llegada de familias de Santiago de Chuco y Cajabamba enriqueció la diversidad cultural de Chugay.
Patrimonio Cultural y Tradiciones
Chugay es un reflejo de la rica herencia cultural de la región de La Libertad, marcada por la fusión de tradiciones indígenas, coloniales y modernas. Aunque no es tan conocido como Huamachuco o su sitio arqueológico de Marcahuamachuco, Chugay comparte el legado de los Huamachucos, visible en sus tradiciones orales y sitios arqueológicos. Las festividades locales, como la Fiesta de San Agustín y la Virgen de la Alta Gracia, reflejan la influencia de los Agustinos y la devoción católica, combinada con elementos andinos como danzas tradicionales y música con instrumentos como la quena y el charango.
Danzas y Gastronomía
Las danzas tradicionales, como la marinera y el huayno, son parte integral de las celebraciones en Chugay, conectando a la comunidad con la herencia cultural de la región. La marinera, creada por Abelardo Gamarra “El Tunante” en Huamachuco, es un baile emblemático del norte del Perú que se practica en festividades locales. En cuanto a la gastronomía, los platos típicos incluyen el shambar, una sopa contundente de trigo, frijoles y carne, y el cuy frito, preparado con hierbas locales. Estos platillos, acompañados de la chicha de jora, reflejan la fusión de influencias indígenas y coloniales.
Atractivos Naturales y Arqueológicos
Además de su riqueza histórica, Chugay ofrece paisajes naturales impresionantes y sitios arqueológicos que atraen a visitantes interesados en el ecoturismo y la historia. Los cerros que rodean el pueblo, con su característica forma cóncava, crean un entorno ideal para caminatas y la observación de la flora y fauna andina. La laguna Sausacocha, ubicada a pocos kilómetros, es famosa por las leyendas locales que narran cómo los incas arrojaron una cadena de oro a sus aguas tras la captura de Atahualpa, un relato que añade un aura mística al lugar.
- Laguna Sausacocha: Un cuerpo de agua de color azul verdoso, ideal para la pesca de truchas y carpas, y vinculada a leyendas incaicas.
- Pinturas Rupestres de Chinacpampa: Vestigios preincaicos que muestran la riqueza cultural de los antiguos pobladores.
- Cerros y Senderos: Rutas de senderismo que ofrecen vistas panorámicas y conexión con la naturaleza.
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