Danza Cochinilla Pallay de Áncash: Reseña y Valor Cultural

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Origen y Significado

El término «Pallay» proviene del quechua y significa «recoger» o «cosechar». La danza simboliza el proceso de recolección de la cochinilla de los cultivos de tuna, actividad que ha sido parte de la vida cotidiana de los pobladores de Áncash desde tiempos prehispánicos. Además, la danza resalta la importancia de la cochinilla como fuente de pigmentos naturales para teñir textiles, contribuyendo a la identidad cultural de la región[1][2].

Vestimenta Tradicional

  • Mujeres: Usan polleras coloridas, blusas bordadas, mantas y sombreros adornados con flores y cintas, reflejando la riqueza textil de la zona[2].
  • Hombres: Visten pantalones de bayeta, camisas de algodón, chalecos y sombreros de ala ancha, portando herramientas simbólicas para la recolección[2].

Música y Coreografía

La música que acompaña la danza es interpretada con instrumentos andinos como la quena, el charango y el bombo. Los pasos coreográficos simulan el acto de recolectar la cochinilla, el trabajo en equipo y la celebración comunitaria tras la cosecha. La danza suele presentarse en festividades patronales y ferias agroartesanales, fortaleciendo el sentido de pertenencia y la transmisión de saberes ancestrales.

Importancia Socioeconómica y Cultural

La producción de cochinilla ha sido clave para la economía de las comunidades altoandinas, permitiendo la comercialización de tintes naturales a nivel nacional e internacional. La danza Cochinilla Pallay no solo preserva la memoria histórica de esta actividad, sino que también promueve el turismo cultural y la valoración de los recursos naturales de Áncash[1][3].

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