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El nombre Marcavelica tiene raíces preincaicas vinculadas a los pueblos tallanes. Según el investigador Manuel Yarlequé Espinoza, el término deriva de las voces “marac” y “huilca”, que se traduce como “bohemio” o “bicharachero”. Otras interpretaciones señalan raíces quechuas, donde “marka” significa “pueblo” y “huilca” o “vilca” significa “adoratorio” o “ídolo”, dando como significado general “pueblo del ídolo” o “pueblo jefe”.

Geografía y ubicación estratégica

El distrito de Marcavelica pertenece a la provincia de Sullana, en el departamento de Piura. Ocupa un área de 1,687 km², lo que representa el 31% de la superficie provincial. Limita:

• Norte: Quebrada de Fernández (límite con Tumbes).
• Sur: Margen derecha del río Chira (Tamarindo y Salitral).
• Este: Distritos de Lancones, Querecotillo y Salitral.
• Oeste: Ignacio Escudero, Tamarindo (Paita).

Marcavelica posee un clima sub-árido tropical cálido, con una temperatura máxima de 37°C y mínima de 19°C en zonas bajas. En las áreas más elevadas como El Angolo, el clima se torna más árido, especialmente a más de 500 msnm.

La atmósfera húmeda y las condiciones del clima permiten el desarrollo de una biodiversidad propia del bosque seco ecuatorial, uno de los ecosistemas más vulnerables del Perú.

Patrimonio natural protegido

En su territorio, Marcavelica alberga áreas de gran valor ecológico y turístico como:

• Parque Nacional Cerros de Amotape: con ecosistemas únicos, ideal para el avistamiento de aves y caminatas ecológicas.
• Coto de Caza El Angolo: espacio reservado para la conservación y caza controlada de especies como el venado cola blanca y el sajino.

Ambos forman parte de la Reserva de Biósfera del Noroeste del Perú, reconocida por la UNESCO.

Marcavelica fue creado políticamente el 25 de marzo de 1952, mediante la Ley N.º 11794. La propuesta fue impulsada por un comité ciudadano compuesto por figuras locales como Luis Correa Estrada, Zenón Vásquez, Pedro Zapata Cardoza y otros líderes. La ley fue promulgada por el entonces presidente Manuel A. Odría.

La primera municipalidad fue instalada el 15 de junio de 1952, siendo elegido como primer alcalde Juan Vásquez Bereche.

División territorial: pueblos y caseríos

Centros poblados

Marcavelica está conformado por numerosos centros poblados y caseríos, entre los cuales destacan:

• Capital distrital: Marcavelica
• Centros poblados principales: Palmeras, Mallaritos, Vista Florida, La Golondrina, La Quinta, Mallares, Samán, Monterón, San Miguel de Tangarara.
• Centro poblado menor: La Noria

Caseríos y anexos

Algunos de sus caseríos más conocidos son: Algarrobillo, Bellavista, Caballo Muerto, Cerezal, El Angolo, Garabato, La Bocana, La Peñita, Oratanga, Salados, San Isidro, Saucecito, Tablazón, Tierra Blanca, entre muchos otros.

Fauna silvestre y biodiversidad

Gracias a su cercanía a áreas protegidas, Marcavelica alberga una fauna diversa como:

• Venado cola blanca
• Sajino
• Oso hormiguero
• Gallito de las rocas y pavas de monte
• Reptiles y anfibios endémicos de bosque seco

Es también una zona importante para el avistamiento de aves, lo cual representa un gran potencial para el desarrollo del turismo ecológico.

Gastronomía del bajo Chira

La gastronomía de Marcavelica refleja las influencias costeras y del interior de Piura. Algunos platos típicos incluyen:

• Seco de chavelo: plátano verde con carne seca o charqui
• Malarrabia: plato tradicional de Semana Santa a base de plátano maduro, queso y aderezo de achiote
• Ceviche de mero o cabrilla
• Sudado de cachema o cabrillón

El uso del ají limo, limón sutil, y yuca son ingredientes esenciales en la cocina regional.

Festividades y cultura local

El distrito celebra fiestas religiosas y patronales a nivel de sus centros poblados y caseríos, destacando:

• Fiestas de San Miguel en San Miguel de Tangarara
• Semana Santa con expresiones culinarias y religiosas propias
• Fiestas costumbristas con bailes y comidas típicas en caseríos como Samán y Mallaritos

Con un legado ancestral tallán y una historia republicana de lucha y organización social, Marcavelica se proyecta como un territorio con alto valor turístico, ecológico y cultural. Su cercanía a reservas naturales, su patrimonio lingüístico y toponímico, sus costumbres vivas y su ubicación estratégica lo convierten en un punto clave para la promoción del turismo responsable en el norte peruano.